
Este viernes hemos entrado en un lugar muy especial, y que tenemos muy cerca, en el interior del recinto modernista de Sant Pau. Es el centro Kàlida, el primer equipamiento del Estado y de los poquísimos en toda Europa, dedicado exclusivamente al acompañamiento de personas que atraviesan el sendero del cáncer, sean pacientes, familiares o cuidadoras. Es de acceso libre y servicio gratuito. A este admirable proyecto hemos querido destinar este año los 152,89 euros que hemos recaudado con la venta del pin solidario, con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama. La imagen de la flor de Barcelona en color rosa es un diseño de Laura Martinell, de Pisando Barcelona, en madera reciclada y pintados a mano uno a uno.
Queremos agradecer la aportación de todas aquellas mujeres que entrasteis en nuestra tienda BdeBarcelona, en la avenida de Gaudí 28, y comprasteis un pin. Que sepáis que ahora vuestra gran aportación se transforma ahora en arropo para esas personas a las que el cáncer se les cruza en un momento de su vida como un obstáculo a superar, y que podríamos ser cualquiera de nosotras o nuestras madres, hermanas, hijas, amigas, vecinas… Mucho ánimo y energía para todas las que sabéis bien de qué va todo esto.
Desde el centro Kàlida, enfermeras, psicoongólogas, fisioterpeutas y una trabajadora social ayuda, a mujeres y a hombres, a resituarse en el camino cuando aparece un cáncer. Con actividades como sesiones de relajación, marcha nórdica o la escucha siempre activad de estos profesionales, se genera mucho más ánimo y herramientas de fortalecimiento para contrarrestar momentos más complicados, haciéndolos mucho más llevaderos. Este viernes hemos sentido emoción, en la piel y en el alma, al entregar a Pía, una de las responsables del centro, nuestro cheque con más de 150 euros para el centro Kàlida. Y hemos tenido así la oportunidad de conocer ese espacio destinado a una labor tan necesaria como admirable. Es un edificio precioso, diseñado por el equipo de Benedetta Tagliabue, quien donó también el diseño del espacio –así como los diseñadores de todos sus muebles y elementos decorativos- que, cuando estás allí, te das cuenta que forman parte también de ese calidísimo abrazo de Kàlida. Tenemos su centro abierto para quien precise de información o arropamiento en cualquier momento, una mano amiga, a disponer.